Ingrid Picanyol Studio.

Cuaderno de proyecto: El Pazo de Castadón #01

12 August 2022
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Cuaderno de proyecto: El Pazo de Castadón #01

A finales del año pasado Margarita Cid cruzaba la puerta del estudio para proponerme crear la identidad gráfica de un nuevo hotel-boutique en un antiguo pazo. Paréntesis para quien como yo no tenga ni idea de qué es un pazo: casa de campo solariega tradicional gallega, y de carácter señorial, donde antes vivían las personas importantes de la comunidad. Este pazo en particular se llama Pazo de Castadón y se encuentra en un trocito de mundo entre Ourense y Pereiro de Aguiar y a las puertas de la Ribeira Sacra. Toda una joyita de la Galicia interior.

Ocho meses después de ese primer encuentro me acomodo en un avión para volar hasta Santiago de Compostela y descubrir, entre otras muchas cosas, que ese será el aterrizaje más bonito que habré vivido nunca porque sentiré que casi puedo tocar los árboles con las puntas de los pies. Una vez en el suelo, un taxi me acercará a la estación de tren para que un vagón climatizado me tome de la mano y me acompañe hasta Ourense. Desde que he salido de casa al amanecer, edificios, nubes y paisaje han ido desfilando por las ventanillas, no he dejado de escuchar a Baiuca y no me he despegado de mi cuaderno. Mide unos 10 por 15 centímetros, sus páginas son de color hueso con rayas gris ceniza y escribo en ellas todas las cosas que me pasan por la cabeza. Quiero dejar constancia del trato que he hecho conmigo misma: disfrutar de un proceso que acaba de empezar y que no terminará antes de los próximos nueve meses. 

Del mismo modo que hice con el proyecto del Masvell, me gustaría enfocar este proyecto desde la investigación. Me apetece situarme en un lugar desde donde me pueda hacer preguntas, interrogar a otros, a la vez que permitirme aprender cuantas más cosas mejor por muy dispares que sean. Dispongo de tiempo y quiero aprovecharlo. Deseo crear una identidad que nazca y sitúe el hotel en ese preciso lugar donde se encuentra y que raramente pueda funcionar en cualquier otro espacio. Fantaseo con encontrar algo que atraviese todas sus épocas, sacarle brillo y presentarlo al resto del mundo desde una perspectiva contemporánea.

Para ponerme en marcha me propongo investigar, no solamente las personas que vivieron allí, sino también las historias, los fantasmas, las leyendas, el paisaje, y los personajes mágicos y folclóricos que viven en ese lugar. Me gusta pensar que esa pequeña parcela está recubierta de historias. Que puedo encontrar esos rastros que han dejado aquellos que se han paseado por allí a lo largo de sus más de tres siglos de existencia. Me imagino a mi misma arrancando una por una todas las capas de las piedras de las paredes y esparciendo cada fragmento por la mesa del estudio para decidir entonces qué parte de entre todas las que hemos encontrado nos parece más justa y valiosa. 

Por ahora tengo tres visitas agendadas con profesionales de archivos históricos de la ciudad a quienes les he expuesto el caso desde la distancia, he citado a un catedrático en heráldica ourensana, con quien de aquí tres días tomaremos un helado y nos prometeremos intercambiar por correo un libro que nos queramos mucho, y cargo con un sobre A4 kraft con varios documentos impresos: todo aquello que he encontrado por internet en relación al pazo y sus escudos, un dibujo a mano alzada de un hipotético árbol genealógico y unas veinte hojas llenas de comentarios y recuerdos que multitud de personas han compartido en un post que publiqué en el muro de tres páginas de Facebook distintas.  

¡Que tengáis un feliz verano!

Ingrid Picanyol
12 de agosto de 2022